Estamos consternados, después de este Terremoto 8,8º en la escala de Richter y posterior Tsunami, se nos alteró y modificó la vida misma. Ya no solo fue una seguidilla de susto, correr por la vida, olas que azotaron el Borde Costero, una marejada que inundó y trepó entre cerros, azoló quebradas, arrebato los cuerpos de agua dulce, mató los animales y se llevó a un viejo marero en Carrizalillo, a un joven surfista en Puertecillo y dos angelitos en Tanumé, que poco o nada deben haber entendido de esta catástrofe
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Y mis manos son lo único que tengo